Casco histórico

El casco histórico de Mutriku fue nombrado conjunto monumental en 1995. Perderse en sus estrechas calles conecta al visitante con la larga historia de la villa, fundada en el S.XIII.
Estas calles mantienen su escarpado trazado original, y aunque en 1484 y en 1553 sendos incendios arrasaron la villa, aún se pueden encontrar en ellas casas señoriales y palacios de entre los siglos XV y XVIII, algunos de ellos declarados monumentos histórico-artísticos. Lamentablemente solo queda una pequeña parte de la muralla original ya que, como en otros muchos lugares, gran parte de la misma fue destruida en el S.XVIII en aras del modelo urbanístico, muy poco conservador, que por entonces preconizaba la ilustración. No obstante, esas mismas ideas inspiraron la iglesia neoclásica de Nuestra Señora de la Asunción y la Plaza Txurruka.

Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción

Monumento Nacional

Esta iglesia, considerada monumento nacional, es uno de los máximos exponentes del neoclásico guipuzcoano. Fue diseñada por el arquitecto Silvestre Pérez, y su construcción se extendió entre 1803 y 1843. En su interior se puede encontrar además un lienzo de Francisco de Zurbarán.

Palacio Galdona

Monumento histórico-artístico

Este bello edificio del s. XVII, situado en la Plaza de Txurruka, es una construcción barroca con balcones forjados, ornamentados aleros y un bello escudo de armas situado en la esquina de su primera planta.

Palacio Arrietakua 

Monumento histórico-artístico

Este palacio fue construido por Antonio Gaztañeta, Teniente General de la Armada Real, a principios del S. XVIII. A finales del mismo siglo pasó a ser propiedad de Cosme Damián Churruca, por entonces alcalde de la villa y personaje histórico de referencia para el municipio.

De este edifico, de estilo barroco, destacan sus balcones forjados, aleros tallados y su escudo de armas. Además conserva aún su estructura interior original lo cual permite al visitante trasladarse al S. XVIII, y observar elementos de la vida cotidiana de aquel tiempo.

Visitas guíadas

Palacio Zabiel 

Monumentu histórico-artístico

Este hermoso palacio barroco, conocido también como Granada, formó parte del Mayorazgo de los duques de Granada de Ega.
Su ornamentada fachada cuenta con una puerta principal enmarcada por columnas que llegan hasta el segundo piso. En el balcón central se sitúa el escudo de los Zabiel. Las fachadas laterales conservan interesantes elementos de una edificación anterior.

Palacio Olazaharra Mizkia 

Monumento histórico-artístico

Fue construido a finales del S. XVII por el capitán D. Lucas de Olazarra y de Mizquia. De este edificio señorial con formidable fachada de sillería, destacan sus grandes balcones de hierro forjado y el gran escudo de la familia Olazarra, situado sobre la puerta de entrada. El edificio está rematado con un amplio alero de dibujos tallados entre las vigas similares a las de la Casa Galdona.

Casa-torre Luardo 

Se cree que este edificio es la casa-torre medieval que aparece en varios textos antiguos bajo el nombre de la torre de Barrenkale. De inconfundible sabor gótico, sus elementos arquitectónicos más característicos son las ventanas geminadas, dos puertas con arcos de medio punto y una en arco apuntado, así como la escalera de patín de su fachada lateral izquierda con acceso a la primera planta, la planta noble del edificio.

Palacio Montalivet 

Monumento histórico-artístico

La construcción de este palacio barroco del S. XVIII fue ordenada por el capitán de navío José Iturribalzaga Sánchez-Revata Montalivet y Forjado, Barón de Oña. Fue diseñado por Francisco de Ibero, el arquitecto más representativo del barroco guipuzcoano.

Torre Berriatua 

Situada en una posición dominante sobre el puerto de la villa, es la casa torre de estilo gótico mejor conservada de Guipúzcoa. Este edifico se conoce también como “ Sulengoa”, es decir, “anterior al fuego” , nombre que se le adjudicó debido a que fue una de las pocas construcciones que sobrevivió al incendio que arrasó la villa en 1543.

Convento Santa Katalina 

El primer convento de la villa fue fundado en 1572 por Juan Ochoa de Berriatua, y se ubicó en la casa-torre de Areiceta. En 1630, siguiendo las disposiciones del Concilio de Trento, el convento se trasladó a la torre Berriatua. Años más tarde cambiaría de nuevo su ubicación para trasladarse al lugar en el que se encuentra hoy día. De su interior destaca el retablo principal de la iglesia con dos grandes cuadros de Van Dick y Rechorest, que representan el martirio de Santa Catalina y la crucifixión de Cristo respectivamente.

La antigua lonja 

Es uno de los edificios más emblemáticos de la villa. A pesar de haber sufrido varias transformaciones, todavía mantiene el estilo gótico renacentista de sus orígenes, datados en el S. XV. Construido en mampostería y sillería, su fachada principal tiene un gran pórtico con amplios arcos de medio punto.


Casa Torre del muelle

Esta peculiar vivienda de pescadores es una casa-torre urbana del S. XVI. De este edificio renacentista destaca su fachada principal de mampostería vista hasta el primer piso, con ventanas germinadas de medio punto y una puerta ventana en arco de medio punto. Los pisos superiores cuentan con amplios balcones corridos de madera.