Los ammonoideos de Mutriku: un patrimonio oceánico de hace 100 millones de años

Los ammonoideos son moluscos cefalópodos extintos que formaron uno de los grupos de invertebrados más diversificado que conocemos. Fueron abundantes en los mares de nuestro planeta desde hace 350 millones de años hasta hace 65 m.a., extinguiéndose aproximadamente a la par que los conocidos dinosaurios.

El tamaño de los ammonoideos adultos oscila entre 1 y 15 cm de diámetro, pero algunos grupos se desvían ampliamente de estos tamaños, presentando formas que pueden llegar a superar 50 cm, e incluso el metro de diámetro.

Los fósiles de ammonoideos de Mutriku ofrecen un amplio abanico de morfologías y un tamaño excepcional en comparación con otros yacimientos de la misma edad (Albiense, Cretácico medio; aprox. 100 millones de años); la colección guardada en el museo Nautilus contiene más de un 60% de ejemplares con tamaños comprendidos entre los 35 y 50 cm, siendo muchos de ellos verdaderas formas gigantes si consideramos el tamaño medio de las familias representadas. Curiosamente, estos fósiles habían pasado casi desapercibidos para la ciencia hasta que los arrasatearras Jesús Narbaez y Esperanza Azkarraga, impulsados por su amor a la naturaleza y su curiosidad innata, los rescataron de la erosión costera y los donaron para la ciencia y el disfrute de todos.

Para encontrar una explicación al gran tamaño de estos ammonoideos fósiles se han propuesto varias líneas de hipótesis que necesitan todavía de un mayor estudio, ya que en el medio marino un resto de gran tamaño tiene grandes posibilidades de romperse y sus fragmentos dispersarse bien por corrientes o bien por actividad biológica, dificultándose su preservación en el registro fósil. El ciclo de vida del ser vivo es un factor importante. Por ejemplo, un mayor tamaño puede ser producto de una madurez sexual más tardía, ventajosa en ciertas situaciones (e. g., reproducción; hembras de mayor tamaño); la concentración de formas grandes podría explicar una conducta reproductiva en un medio favorable. Asimismo, los factores ambientales, tales como los episodios de nivel del mar alto, permiten la expansión de plataformas continentales con grandes posibilidades para nuevos nichos ecológicos; o episodios volcánicos submarinos que aportan nutrientes a la cadena trófica oceánica.
De momento, entendemos mucho mejor su hábitat, gracias al estudio integrado de los fósiles y de las rocas donde se encuentran. Los ammonoideos de Mutriku florecieron en un medio marino de profundidad media, en la zona epi- a mesopelágica, en un océano desarrollado entre las placas europea e ibérica durante el Cretácico medio, como consecuencia de la apertura del Golfo de Bizkaia.
El conocimiento científico permite la correcta puesta en valor de un registro fósil excepcional, lo que conduce a una buena gestión de nuestro patrimonio oceánico